Mediación y Arbitraje

Los procesos judiciales concluyen con resoluciones que en muchos casos no satisfacen a las partes y que en ocasiones son origen de futuras disputas. La aparición de otros medios extrajudiciales como la mediación o el arbitraje que buscan una solución a medida construida por las partes para resolver sus conflictos coge cada vez más fuerza. Los Masters y Cursos de Mediación y Arbitraje, están diseñados para que puedas convertirte en esa figura del mediador y ser el canalizador de la voluntad de las partes para así alcanzar un acuerdo ajustado a derecho. Para poder llevar a cabo esta labor, requiere de una formación en la que desarrollar habilidades comunicativas y de negociación, así como un conocimiento del ordenamiento jurídico para que el acuerdo final tenga la misma validez que una sentencia tras ser elevado a escritura pública u homologado por un tribunal.

¿Qué es la mediación y para qué sirve?

La mediación surge como alternativa a los procesos judiciales donde prima la consecución de un acuerdo forjado de la negociación de las partes y que, por ello, perdurarán en el tiempo. La mediación, aunque se sustente en técnicas de negociación entre las partes no puede derivar en un acuerdo que infrinja normas del ordenamiento jurídico. Los mediadores, por tanto, deben de estar formados en cursos de mediación o arbitraje para conocer los límites legales en los que puede desarrollarse esa negociación y su posterior acuerdo. La formación de los mediadores les otorgará las herramientas como la escucha activa, la empatía, o el empoderamiento para así conseguir un punto de encuentro entre las partes en conflicto.

¿Cómo funciona el arbitraje?

El arbitraje es un proceso que, aunque pueda guardar semejanzas con el proceso judicial, reviste de muchas diferencias, que lo hacen especial, y que se necesita de formación en cursos de mediación y arbitraje. Al igual que en un proceso judicial, existen tres partes, demandante, demandado y un tercero que resuelve en este caso a través de un laudo arbitral. Entre la elección de este tercero que será imparcial entre las partes para que resuelva el conflicto conforme a derecho y tras un procedimiento más ágil que el judicial y cuya finalización en un laudo arbitral con fuerza ejecutiva, no es susceptible de recurso en cuanto al fondo, siendo solo recurrible respecto a defectos de forma.